Mártires de la UCA siguen llenando de luz la historia

  • 13 noviembre, 2021
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Mural “Semillas de liberación” de Renacho Melgar

Su pensamiento sigue vigente, su historia de lucha y compromiso por los más desprotegidos ha marcado el camino por el que el pueblo salvadoreño sigue buscando el horizonte.

Mártires de la UCA siguen llenando de luz la historia:


La madrugada del jueves 16 de noviembre de 1989, un pelotón del batallón Atlácatl del Ejército de El Salvador irrumpió en la residencia de los jesuitas de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, asesinando vilmente a 6 sacerdotes jesuitas y 2 de sus colaboradoras.

Ignacio Ellacuría, rector de la Universidad; Segundo Montes, director del Instituto de Derechos Humanos; Ignacio Martín-Baró, vicerrector académico; Amando López, profesor de Filosofía; Juan Ramón Moreno, profesor de Teología y formador de jesuitas; Joaquín López y López, pastoralista de Fe y Alegría; Elba Ramos y Celina Ramos, colaboradoras de la residencia jesuita, fueron masacrados con lujo de barbarie. Así lo describió el ahora director del Instituto de los Derechos Humanos de la UCA, José María Tojeira. Pese a que han transcurrido 32 años de esta masacre, la justicia, la verdad y reparación no han llegado en este caso dentro del país. Sin embargo, a nivel internacional la justicia abrió una ventana en España y eso ha interpelado al sistema judicial salvadoreño, dice Tojeira.

El sacerdote jesuita Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero de la UCA, asegura que recordar esta masacre y otras más ocurridas en el tiempo de la guerra es no olvidar la vida y los aportes de los mártires, quienes ofrendaron sus vidas como un servicio.

El rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, el jesuita Andreu Oliva, asegura que los mártires buscaron ilustrar la realidad salvadoreña y centroamericana, esclarecerla con su análisis de esperanza y denunciando las estructuras que provocaban injusticias y violencia en aquellos años.

Han pasado 32 años de esta masacre y el llamado es a seguir el legado de los mártires de la UCA. No hay que olvidar que los jesuitas, vivieron una vida, puesta al servicio del reino de Dios, de la promoción de la fe y de la lucha por la justicia, en la búsqueda de la paz y para poner fin al sufrimiento de este pueblo en aquellos años de tanto dolor y tanto horror, finalizó Andreu Oliva.

Y como decía Ignacio Ellacuría: «Solo en la confluencia de justicia y de verdad, puede hablarse de plena libertad».

 

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