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El TSE “cómplice” del fraude electoral: afirman especialistas


Redacción YSUCA / 23 febrero 2024 / 6:38 pm

Por Milton Rodríguez

“Creo que también hay que tener cuidado y responsabilidad para utilizar la palabra fraude. No se puede ir por ahí diciendo ‘hay fraude, hay fraude’ cuando no hay suficientes elementos para constatarlo. Pero en el caso de la elección de 2024, yo creo que los partidos políticos, la sociedad civil, la prensa independiente ha registrado una cantidad de irregularidades, de desviaciones, de vulneraciones al derecho electoral, a la normativa electoral, que en su conjunto describen un patrón sistemático, deliberado, generalizado de acciones y decisiones realizadas con la intención de alterar los resultados de la elección. Eso es lo que se llama fraude”.

Estas son palabras con las que el abogado José Marinero explica por qué la suma de irregularidades de todo el proceso electoral del pasado 4 de febrero, permite afirmar que se consumó un fraude electoral en El Salvador.

Marinero reiteró que un fraude no puede considerarse como un acto aislado en el que en una mesa alguien calificó un voto mal o que se cambió una regla del instructivo del conteo de los votos. El fraude, según el experto, se comenzó a establecer en El Salvador con una serie de decisiones que fueron tomadas por el oficialismo, desde antes de las elecciones.

“Es el hecho de que se cambiaron las reglas de juego electoral y de forma extemporánea, se modificó la manera cómo se distribuyen los escaños legislativos -cambio de fórmula Hare a D’Hondt-, se alteraron las reglas para que el voto de la diáspora favoreciera a la elección de San Salvador”, expresó.

El jurista recordó que, sin consulta, la Asamblea dominada por el partido de Bukele aprobó una reforma para disminuir de 262 a 44 el número de municipios del país.

Al igual que Marinero, en junio de 2023, el magistrado del TSE, Julio Olivo, criticó varias modificaciones electorales realizadas meses antes de la elección y señaló que estas no fueron “cambios cosméticos”, sino que habían trastocado las reglas establecidas en la Ley Electoral.

En esa ocasión, Olivo señaló una reforma que dio más tiempo para que salvadoreños en el exterior cambiarán su domicilio, otra que extendió el plazo para abrir y cerrar el registro electoral, así como una enmienda que permitió emitir el sufragio con documentos vencidos, entre otras.

Marinero agregó más anomalías al proceso previo a la elección y criticó que se utilizó recursos estatales para toda la campaña y la precampaña “sin ningún empacho”. Subrayó que se utilizaron los medios públicos -Diario El Salvador, Canal 10 y todos los medios progubernamentales que controla el Ejecutivo- para difundir propaganda en favor de Nuevas Ideas.

Hubo militarización en centros de votación

En su análisis, el abogado enumera varias irregularidades que sucedieron el día de las elecciones presidenciales y legislativas. Destacó la militarización de centros de votación.



El jurista no dejó de señalar la contratación de Ignacio Villagran -a tan solo meses de los comicios-, un exfuncionario de Casa Presidencial de Bukele que fue nombrado como jefe de la Unidad de Servicios Informáticos, USI, del TSE.

Según una investigación periodística de FOCOS, más exempleados de Capres fueron integrados al TSE antes de los comicios. Entre estos está el responsable del desarrollo del sistema de escrutinio de las Juntas Receptoras de Voto JRV y el portal de difusión.

El movimiento SUMAR emitió un comunicado en el que señala las irregularidades registradas el 4 de febrero. La organización calificó de “falla catastrófica”, el sistema de registro y transmisión de resultados debido a varios inconvenientes en los centros de votación, como la falta de energía eléctrica, y desperfectos en el sitio del TSE para introducir los datos.

Estas fallas ocasionaron una ola de denuncias en redes sociales, por lo que el TSE admitió que hubo inconvenientes en la transmisión de actas, sobre todo de la elección legislativa y anunció que se procedería a contar voto por voto. Pero no ocurrió como se había anunciado.

Es así que el escrutinio final para diputados comenzó el 11 de febrero, por la tarde, en el Gimnasio Adolfo Pineda. La prensa, observadores y partidos políticos documentaron una serie de irregularidades en ese lugar.

Varias voces denunciaron que durante este proceso, el partido oficial tomó control de las instalaciones del Gimnasio, hubo una asimetría con los vigilantes de otros partidos de oposición, se sacó a un observador de la OEA del salón donde se contaban los votos, se intimidó y acosó a la prensa para que no registrara irregularidades.

El TSE actuó con complicidad

Marinero critica que la máxima autoridad electoral no asumió su rol ante todas estas situaciones. Es más, el jurista acusa a los magistrados del TSE de ser “cómplices del fraude”.



“Incluso las personas que votaron por Nuevas Ideas, estoy seguro que saben que ahí algo no está bien, de que ahí hubo trampa en varias formas, en varias circunstancias y que esta trampa fue generalizada, ahí hubo fraude”, apuntó Marinero.

No es el único que habla de fraude. El abogado constitucionalista, Enrique Anaya, manifestó que el proceso electoral ha sido, en la realidad, la ejecución de un malévolo plan diseñado desde hace varios años y ejecutado a partir del 1 de mayo de 2021 -cuando comenzó la legislatura dominada por diputados de Bukele y que llegó a destituir la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.

“No es descabellado decir que los hechos ocurridos antes, durante y después de la jornada electoral del 4 de febrero, apreciados holísticamente son parte de una conspiración para la ejecución de un fraude electoral planificado y estructurado; que en una frase se resume en la conspiración de un fraude”, expresó el constitucionalista en un artículo de opinión.

Anaya dijo a radio YSUCA que esas deficiencias y anomalías “no garantizan” que el TSE haya respetado lo que el pueblo expresó en las urnas.



Por su parte, la diputada del FMLN, Anabel Belloso reprochó el papel de los fiscales electorales durante el escrutinio de las votaciones legislativas. Mientras que, Karina Sosa, aseguró que hay “muchas pruebas” de que en estas elecciones se cometió fraude y por eso su partido ha pedido la nulidad de éstas.



El 19 de febrero, los partidos Vamos, ARENA y Nuestro Tiempo también presentaron una solicitud de nulidad de las elecciones legislativas. Los institutos políticos aseguran que han documentado 69 irregularidades durante las elecciones y el escrutinio definitivo.

La diputada de VAMOS, Claudia Ortiz, señaló que en los comicios pasados no se respetó el principio de “no falsear la voluntad popular”.



El presidente de ARENA, Carlos Saade, dijo que algo “huele muy mal” en estas elecciones. Mientras que Andy Failer, de Nuestro Tiempo, reiteró que el proceso electoral estuvo viciado.



¿Qué dice la máxima autoridad electoral?

Estos cuestionamientos han sido ignorados por la magistrada presidenta del TSE, Dora Esmeralda Martínez, quien en una entrevista reciente justificó algunas de las decisiones tomadas por el TSE y arremetió contra la prensa, expertos electorales y partidos que han documentado irregularidades.

“No somos nosotros los que hemos hecho que los partidos pierdan, ningún fraude ha pasado, se ha respetado la voluntad del ciudadano”, expresó Martínez.

Sin embargo, el magistrado Julio Olivo admitió en una entrevista radial que hubo fallas en el proceso y recordó que él se separó de algunas decisiones tomadas por los otros magistrados del organismo colegiado.



La UCA publicó recientemente una opinión del padre Rodolfo Cardenal denominada: “El dictum presidencial es ley”. El jesuita manifiesta que el dictado intempestivo de los resultados electorales desde el balcón del Palacio Presidencial pretendía disimular el desaire de más de la mitad del electorado, tanto del local como el del extranjero, donde el caudal de votos, respecto a la totalidad de la diáspora, es todavía mucho menor.

Añade que este inconveniente se vio agravado por la ineptitud de sus peones para montar un fraude creíble. No pudieron entregar un triunfo electoral limpio, dice el sacerdote.

El TSE, último responsable del proceso, no tiene explicación convincente del caos. Calla, desinforma y se desdice. La única conspiración evidente es su incapacidad para garantizar unas elecciones confiables y seguras.

La anarquía creada ha hecho más difícil ajustar los resultados al dictum de Bukele de manera plausible. El fraude electoral es muestra clara de debilidad. Bukele busca arrebatar mañosamente lo que pudo haber obtenido limpia y elegantemente.

La inconstitucionalidad de la reelección arrastra consigo un fraude masivo y sistemático, que ratifica su ilegitimidad. Bukele y sus huestes usurparon la institucionalidad electoral, desde el sufragio hasta el escrutinio final, concluye el padre Cardenal.