Es urgente que la justicia llegue a todos los casos de lesa humanidad, dice abogado de la UCA
Foto archivo UCA
La reactivación del Caso Jesuitas y la apertura a nuevo juicio para los militares es una victoria de las víctimas y todo el reconocimiento tiene que ir para ellas, quienes han mantenido una lucha incesante para lograr justicia, dice el apoderado legal del caso, Arnau Baulenas.
Baulenas dijo durante la entrevista Encuentro del Canal TVX, que a nadie más que a las víctimas se puede atribuir este logro de nulidad, porque han tenido una lucha constante para que hubiera un proceso de justicia en contra de los autores intelectuales de la Masacre de la UCA.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia declaró nulidad absoluta del proceso penal instruido contra las personas vinculadas en la masacre. Arnau Baulenas recordó que en el año 2000 el rector de la UCA de aquel entonces, el sacerdote jesuita José María Tojeira, presentó la denuncia ante la Fiscalía General de la República para que se investigara a los autores intelectuales.
Nuevamente en noviembre de 2017, la UCA, a través del IDHUCA, junto al hermano del padre Ignacio Ellacuría, pidieron la reapertura del caso, tras ser declarada inconstitucional la Ley de Amnistía. Este proceso, dijo Baulenas, lo llevan las víctimas, es por ello que se rechaza cualquier politización del caso. Además, es grave que la Fiscalía General de la República siga negando la participación de las víctimas en este proceso, dijo el abogado.
Para el vicerrector de Proyección Social de la UCA, Omar Serrano, el Caso Jesuitas debe seguir un debido proceso y no debe politizarse, esto quiere decir no ocupar el caso para campaña electoral, ni como bandera de ningún partido político, dijo Serrano.
Según el análisis de Serrano el Gobierno busca cambiar la narrativa del caso a su favor y dejar mal parada a la UCA.
Si el Gobierno quiere justicia en el Caso Jesuitas también debe procurar justicia en otros casos de lesa humanidad, dice el abogado Arnau Baulenas.
La Comisión de la Verdad dijo en 1993 que un Grupo Élite del Ejército asesinó a 6 sacerdotes jesuitas y sus 2 colaboradoras, el 16 de noviembre de 1989.
Las víctimas fueron Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno, el sacerdote Joaquín López y sus colaboradoras, Elba y su hija Celina Ramos.