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Captura de pantalla del video de Global Witness. © Global Witness | Foto tomada de RFI
Radio Francia Internacional
Según el informe anual de la ONG Global Witness, publicado este miércoles 29 de julio, al menos 212 ecologistas que luchan contra la deforestación, la minería o los proyectos agroindustriales fueron asesinados en 2019, marcando un récord, y casi un tercio de ellos en Colombia.
2019 fue un año negro para los ecologistas, según la ONG Global Witness que publica su informe anual este miércoles: al menos 212 fueron asesinados, casi un tercio de ellos en Colombia.
“En momentos en que necesitamos proteger más que nunca al planeta contra las industrias destructivas y que emiten CO2, los asesinatos de defensores del medio ambiente y la tierra nunca han sido tan numerosos” desde que contabilizan, en 2012, señala la organización británica.
Pueblos indígenas
Líderes indígenas, guardabosques responsables de proteger la naturaleza o activistas ambientales. El informe supera las cifras de 2017, en que hubo 207 muertes. Y, como todos los años, “nuestras cifras seguramente están subestimadas”, advierte Global Witness.
Las mujeres, que representan el 10% de estas muertes, a veces son víctimas de violencia sexual.
En 2019 la mitad de estos asesinatos fueron perpetrados en sólo dos países: Colombia, que con 64 víctimas ocupa un lugar destacado en América Latina, y Filipinas, con 43 muertos.
En estos dos países, y el resto del mundo, los representantes de los pueblos indígenas (40% de los asesinados en 2019) que viven integrados o cerca de la naturaleza “enfrentan riesgos desproporcionados de represalias” por defender “sus tierras ancestrales”.
Crisis sanitaria
En el contexto de una reconstrucción del mundo post-covid más verde, la defensa y protección de los activistas ecologistas es “vital”, enfatiza la ONG que, por el contrario, constata una “intensificación de los problemas (…) con gobiernos de todo el planeta”.
En Estados Unidos, Brasil, Colombia, Filipinas…, políticos se han servido de la crisis sanitaria para hacer más draconianas las medidas para controlar a los ciudadanos y revertir las normas medioambientales que tanto costaron.
“Estrategias que van desde campañas de calumnias hasta juicios ilegítimos para silenciar a quienes luchan contra el cambio climático (…) incluso acusados de ‘delincuentes o terroristas’”, reza el informe.
Global Witness además destaca que 33 activistas fueron asesinados en la Amazonía (la gran mayoría de ellos en Brasil), luchando contra la deforestación provocada por macroproyectos mineros y agrícolas.
Los responsables
Pese a que la “impunidad y la corrupción generalizada” dificultan la identificación de los autores de estos asesinatos, el informe señala al crimen organizado, bandas locales, organizaciones paramilitares e incluso fuerzas policiales.
“Muchas violaciones de los derechos humanos y al medio ambiente son consecuencia de la explotación de los recursos naturales y la corrupción del sistema político y económico mundial”, señaló Rachel Cox, de Global Witness, añadiendo que las empresas responsables son las mismas que “nos están llevando hacia un cambio climático incontrolable”.
Con AFP