México es el país sin situación de guerra más peligroso para el ejercicio del periodismo en el mundo. Desde el año 2000 han sido asesinados 128 periodistas. Tan solo entre 2017 y 2018 murieron 24, y esa tendencia no parece revertirse. En lo que va del 2019 otros 12 periodistas han sido asesinados. A esa violencia extrema se añaden las amenazas, desplazamientos, desapariciones o la necesidad de salir del país para evitar la muerte.
El Premio Breach/Valdez de Periodismo y Derechos Humanos fue creado en 2018, en memoria de la periodista Miroslava Breach y Javier Valdez, asesinados en 2017. “Para nosotros, como colectivo, es un honor recibir este premio de periodismo y de derechos humanos sobre todo por que hace honor a los nombres de nuestros colegas”, afirma la ganadora de la segunda edición del premio, Mago Torres.
“Cuando Miroslava fue asesinada, Javier dijo que el silencio era complicidad. La mejor manera de honrar el trabajo de periodistas que han perdido la vida es continuar haciendo periodismo. Es una cuestión esencial de lo que significa para nosotros ganar este premio”, agrega en un contexto en que “la libertad de prensa está definitivamente en riesgo”.
Es promovido por el Centro de Información de las Naciones Unidas (CINU); la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; las embajadas de Francia y Suiza en México; el Programa Prensa y Democracia, la Agencia de Noticias France Presse (AFP) entre otros organismos. ‘El país de las 2 mil fosas’ contó con el apoyo editorial y financiero de Quinto Elemento Lab.
Con fotos, mapas interactivos, un trabajo de campo y una contabilidad minuciosa, este trabajo periodistico colectivo documenta la existencia de fosas clandestinas en casi todo el territorio mexicano. La primera fosa fue descubierta en el 2006. A partir del 2012 y hasta ahora son 245 fosas las que se descubren en promedio por año y, a menudo, son los familiares de los desaparecidos quienes las encuentran.
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“Cuando empezamos a registrar los hallazgos de fosas clandestinas en México y la acumulación de estas historias nos dimos cuenta de que necesitábamos saber cuántas hay, porque el registro más básico nos lleva a entender la magnitud del fenómeno. Estamos hablando de un país que tiene más de 40 mil personas desaparecidas”, señala la periodista.
Si esta investigación de dos años fue reconocida con el Premio Breach/Valdez fue también por su metodología: “Realizando esta investigación, nos dimos cuenta de que existen diferentes fuentes de información y los números eran dispares. Decidimos hacer solicitudes a nivel estatal [el territorio mexicano se divide en 32 Estados]. Fueron al rededor de 200. Tuvimos que pelear por la información. Y de las 32 instancias federativas, 24 no respondieron o negaron la existencia de fosas”.
Al avanzar con esta investigación, Mago Torres y sus colegas notaron lo complicado que es obtener ese tipo de información, por más que sea un derecho, las diferencias entre la información federal y local, la disparidad a la hora de nombrar lo que se encuentra en esas fosas. Esta crisis mexicana también tiene que ver con una crisis del sistema forense y de la manera en que se investigan las desapariciones.
Viendo la cartografía de las fosas es imposible no pensar en Ayotzinapa. Están por cumplirse cinco años de la desaparición de los 43 estudiantes en el Estado de Guerrero. Un caso que “puso la luz directa” en este fenómeno. “Hay esperanza en que una comisión independiente haga la investigación”, concluye Mago Torres.
#EscalaenParís también está en Facebook y en Twitter. Un programa coordinado por Florencia Valdés, realizado por Souheil Khedir, Fabien Mugneret y Julien Lang.