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Nacionales

Estado actual de la educación en El Salvador


Redacción YSUCA / 08 enero 2022 / 2:35 pm

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El Salvador sin visión de una educación transformadora

El Salvador ha tenido varios modelos educativos, iniciando en 1,841 con la fundación de la Universidad de El Salvador, luego el primer Congreso Centroamericano de Pedagogía de 1,893. En 1,900 con la República oligárquica, luego de 1930 a 1,968 la reforma educativa. De 1,980 a 1,992, la educación no fue prioridad y la guerra la minimizó.

En la posguerra, entró una nueva reforma educativa denominada en marcha, luego se dio paso al plan 2021 y el plan social vamos a la escuela, según explica el director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia, Óscar Picardo.

Picardo señala, sin embargo, que en toda esta historia la educación, sobre todo la popular, no ha sido muy satisfactoria, ya que cada gobierno tiene un plan distinto y esto lleva a que cada 5 años se tracen nuevas estrategias que nunca finalizan.


Esta situación ha llevado, dice el investigador, a que la educación en el país se instrumentalice para efectos económicos y el modelo educativo se alinee al modelo de desarrollo condicionado por agendas geopolíticas externas.

La ausencia de un modelo psicopedagógico ha truncado el sueño de una educación de calidad, señala Picardo.


La Constitución de El Salvador le indica al Estado que la educación en el país tiene seis fines acordes con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El artículo 55 de la Constitución declara que la educación en El Salvador debe:

  1. a) procurar el desarrollo integral de las personas;
  2. b) construir una sociedad democrática, justa y humana;
  3. c) inculcar los derechos humanos;
  4. d) combatir la intolerancia y el odio;
  5. e) dar a conocer la realidad nacional.

Además, el artículo 56 establece que todas las personas tienen el deber y el derecho de recibir un tipo de educación que garantice la formación de ciudadanos útiles.

Sin embargo, a juicio de Óscar Picardo eso solo queda en el papel, ya que en la actualidad de 10 estudiantes, se pierden seis, y de los cuatro restantes, sólo dos consiguen llegar a la universidad y uno logra graduarse.

Los problemas serios para resolver el ausentismo escolar no se abordan adecuadamente dice el investigador


El presupuesto general de la nación es un obstáculo para una educación transformadora

José Luis Magaña de la organización AltavozES e integrante de Panorama Económico, no ve un horizonte favorable para la educación del país, prueba de ello es el recién aprobado Presupuesto General de la Nación para 2022, que asciende a 1,470 millones de dólares, es decir $124 millones más que el año anterior, lo cual representa un 5.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Se prevé que estos recursos sean utilizados primordialmente en la modernización del sistema educativo, infraestructura de centros escolares, capacitación a los profesionales de la educación y el cierre de la brecha digital.

Programas como Mi Nueva Escuela, Crecer y Aprender Juntos; y Nacer, Crecer y Aprender se verán fortalecidos con la apuesta presupuestaria del Gobierno actual.

Sin embargo, según Magaña, este presupuesto proviene de préstamos, esto indica que los programas serán desarrollados por el ejecutivo sólo si se cuenta con financiamiento para hacerlo, pero si no se tiene, no se hará o no se sostendrá. 

El economista opina que esto es un sinsentido e injusticia social ya que el actual gobierno se ha volcado a invertir en cosas que no son prioritarias, ni importantes para el país y deja fuera lo principal, lo que realmente le interesa a la población.


Por otra parte, el presupuesto de educación incluye $28.7 millones de dólares para mejorar la infraestructura escolar. Según datos del Ministerio de Educación, de las cinco mil 164 escuelas, dos mil 944 tienen algún tipo de deterioro y corresponden al 62.63 % del total de centros educativos, otras dos mil 220 se encuentran en buen estado, pero necesitan mantenimiento regular.

Los datos del Ministerio apuntan a que el 24.6 % de los centros educativos tiene un deterioro leve, el 23.6 % deterioro intermedio y el 8.74 % está en deterioro severo.

La educación el eterno desafío

A este problema hay que sumarle que, debido a la emergencia nacional por la pandemia de la COVID-19, la educación sufrió otro cambio. Pauline Martín, directora de Maestría en Política y Evaluación Educativa de la UCA, dice que fue radical.

Martín explica que, en el caso del sistema educativo, se han tenido que reorientar estrategias para su funcionamiento durante la cuarentena, esto ha traído consigo una serie de problemáticas y deficiencias.

 


Los docentes aglutinados en diversos sindicatos de maestros han señalado serias deficiencias en los centros escolares y que hoy con la pandemia se han visto profundizados.

Por ejemplo, dicen Daniel Rodríguez, secretario general del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvador, SIMEDUCO y Jorge Villegas, Secretario General de Bases Magisteriales, de los casi cinco mil centros escolares en El Salvador, la mayoría no tienen Internet y cuentan con un servicio deficiente de agua potable.

A esto se suma que sólo aproximadamente el 60% de docentes cuenta con una computadora, pero sin internet.


El derecho a una educación transformadora es utopía

Por otro lado, la calidad educativa ha sido afectada ya que muchos estudiantes no podían resolver las guías o no hacían sus tareas o no ingresaban a clases por falta de internet o computadora. Sin embargo, el Ministerio de Educación aplicó una promoción masiva para los estudiantes, permitiendo que recuperaran en una semana, lo que no habían podido hacer en un año, según Jorge Villegas, de Bases Magisteriales.


El sector docente señala que es urgente una reforma educativa, que incluya las necesidades reales, para la mejora de la educación y que no prevalezcan los intereses políticos partidarios.

Este es el mismo pensar del director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia, Óscar Picardo, ya que la calidad educativa en el país no ha tenido prioridad para los gobiernos.

Por otro lado, es necesario sentar las bases sobre la educación que necesita el país, señala el experto, ya que debe ser prioritario el fomento del pensamiento crítico.


Todo indica que es necesario transformar la educación pública en El Salvador y su principal plataforma, la escuela, en espacios de producción y no de reproducción y adoctrinamiento.

Hay que derribar patrones culturales, esquemas mentales y actitudes  que se han petrificado en sistemas de relaciones basadas en los conceptos de inequidad, violencia y jerarquía.

Sin embargo, trascender de la “lista de buenos deseos”, hacia la transformación de la educación, implica un férreo compromiso con la visión de una educación diferente, desde las prácticas cotidianas, en los múltiples escenarios y en una realidad cada vez más inestable.

Es por ello que urge generar consciencia y sensibilidad en la población salvadoreña para que reconozca en la historia lecciones suficientes y así desarrollar un sentido crítico que permita trazar nuevos horizontes, dándole un nuevo significando a la concepción humana del ser hombre y del ser mujer en la era de la postmodernidad.