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Nacionales

Bukele, en declive en su popularidad


Redacción YSUCA / 25 septiembre 2021 / 4:59 pm

Marcha 15 de septiembre | Foto Radio YSUCA/ R. Padilla

Por Kenia Gómez

“La más grande amenaza para el Gobierno es el Gobierno, así como el presidente es el mayor enemigo de sí mismo”, cita un editorial de la UCA titulado “El mito se resquebraja”. La UCA hace referencia a las quejas del presidente porque se le califica de dictador “cuando él entiende que la dictadura sería reprimir a los que protestan en las calles”, agrega el editorial.

El padre Rodolfo Cardenal en el artículo de opinión “A la defensiva” señala, además, que las protestas del Día de la Independencia descolocaron a un presidente hasta ahora muy seguro de sí mismo y la magnitud de la protesta social lo ha puesto a la defensiva en el discurso oficial.

Como parte de su estrategia comunicacional, el mismo presidente se autodenominó el Dictador más cool del mundo mundial en su biografía de Twitter. Anteriormente había colocado en su biografía “dictador de El Salvador”, una acción que le valió la crítica de la Fundación Internacional de Derechos Humanos que le exigió seriedad como jefe del Estado salvadoreño y le pidió respeto por las víctimas de las dictaduras.

El discurso del presidente ha cambiado a partir de las marchas del 07 y el 15 de septiembre donde los ciudadanos dejaron ver su descontento por las medidas tomadas por el actual Gobierno.  

El bajo respaldo de los ciudadanos hacia el presidente Bukele y los diputados de Nuevas Ideas comenzó a notarse desde el anuncio de la incorporación del bitcóin en El Salvador. Luego, los despidos masivos,  la posibilidad de reformar la Constitución casi en su totalidad, el cambio en la jurisprudencia que abre la puerta para la reelección presidencial inmediata y las reformas a la Ley de la Carrera Judicial aumentaron el descontento. Esto quedó reflejado en la marcha del 15 de septiembre, una marcha ciudadana que desbarató la falsa idea de un masivo respaldo popular al presidente. Las protestas evidenciaron la inconformidad de los salvadoreños sobre el rumbo que lleva el país.



La baja en el respaldo hacia el presidente y los diputados se conoció mediante la encuesta del Instituto de Opinión Pública de la UCA (IUDOP) de este año, que mostró una reducción en la nota que los salvadoreños encuestados le adjudicaron al presidente. La nota obtenida de 7.64 es inferior al 8.37 que obtuvo en diciembre de 2020. Los diputados de la Asamblea Legislativa, con una mayoría del partido Nuevas Ideas, a 100 días de su ingreso al parlamento obtuvieron  una nota de 6.27. Más de la mitad de la población opinó que el trabajo de los diputados ha ayudado solo al Gobierno y el nivel de endeudamiento que han aprobado no está mejorando sus condiciones de vida.   

El juez de sentencia Antonio Durán, una de las voces más críticas de este gobierno y defensor de la independencia judicial, opina que ha llegado el momento en el que los salvadoreños están saliendo del letargo en el que se encontraban. Percibe un punto de quiebre en el respaldo que le dio la ciudadanía al presidente y cree que ya no incrementará su popularidad.



Foto marcha 15 de septiembre | Radio YSUCA/R. Padilla

Bukele sigue el libro de jugadas de los dictadores

La disminución en el respaldo al presidente y a su gobierno tiene que ver con sus acciones antidemocráticas que afectan a ciudadanos y a sectores de la sociedad como médicos, maestros, periodistas, jueces,  abogados y organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos. Pero también a los cuestionamientos que ha hecho la comunidad internacional ante las medidas adoptadas por el gobierno en detrimento de la democracia.

Estados Unidos ha sentado postura sobre algunas medidas tomadas por el presidente y su gobierno. Condenó la resolución tomada por los magistrados de la Sala de lo Constitucional impuestos el 01 de mayo acerca de la reelección presidencial inmediata.  Es una acción contraria a la Constitución salvadoreña, dijo Jean Manes, encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador. Recalcó que la resolución de la Sala es el resultado directo de la decisión de remover a los magistrados en funciones y reemplazarlos el 01 de mayo. Para Manes esto es una estrategia para socavar la independencia judicial y eliminar un contrapeso crítico al Órgano Ejecutivo. Agregó que el debilitamiento en la independencia judicial es una muestra de una democracia en declive.

Lo que está ocurriendo en El Salvador no es nada nuevo, es un libro de jugadas que han seguido otros presidentes, ahora considerados dictadores. Para la encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos, Jean Manes hay señales que no todos están viendo, pero que significan un declive de la democracia. Para ella existe un libro de jugadas que han seguido presidentes de otros países y que ahora son considerados dictadores.



Bukele no tardó en descalificar las declaraciones de la representante del gobierno de Estados Unidos. A lo que José Miguel Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watch, lo consideró una pretensión de intimidar a la encargada de Negocios. “Una conclusión obvia de su analogía infantil: él cree que El Salvador es su propiedad privada”, opinó Vivanco, en su cuenta de Twitter.

Contradicciones ponen en evidencia a Bukele y su gobierno

El respaldo popular que el presidente ha ido perdiendo tiene que ver también con las contradicciones en su discurso. En 2018, el presidente Nayib Bukele aseguraba que los gobiernos de Venezuela, Honduras y Nicaragua son una dictadura porque no permiten la libertad de expresión, violentan derechos humanos y se imponen en elecciones ilegítimas. En sus declaraciones brindadas a un medio internacional también mostraba su preocupación porque una situación similar sucediera en El Salvador. En ese caso el pueblo saldría a las calles, dijo Bukele cuando no era presidente.



Las acciones que el mismo Bukele calificó como dictatoriales, están ocurriendo actualmente en el país. Sin embargo, ahora niega ser un dictador.

Otra contradicción vino del vicepresidente Félix Ulloa, quien aseguró que el presidente Bukele no buscaba una reelección. Sin embargo, la reciente resolución de la Sala de lo Constitucional, impuesta por los diputados y afín al Órgano Ejecutivo, cambió la jurisprudencia y abrió la puerta al presidente Bukele para que pueda ser reelegido, pese a ser inconstitucional. Ulloa negó siempre esa posibilidad.



Ese respaldo popular del que hablaba el vicepresidente se está cayendo. La UCA plantea en uno de sus editoriales que “Bukele quiso gobernar sin el pueblo y contra el pueblo. No escucha al pueblo ni se mezcla con él. Lo observa de lejos y le habla desde la altura de su podio presidencial”. La falta de respuestas eficaces a la realidad salvadoreña llevó a que la gente le pierda el respeto y el miedo al régimen de los Bukele.

El despertar de la población se está transformado en una resistencia al régimen, pero a la vez en una represión y persecución contra quienes el Gobierno considera opositores. Para el abogado y  catedrático de la UCA, Oswaldo Feusier las actuales acciones reflejan un regreso a los años ochenta donde se atacaba a los opositores.

Por su parte, Celia Medrano, periodista y consultora en derechos humanos, señala que se está atentando contra la dignidad y seguridad de las personas críticas del gobierno.



Este Gobierno no es creíble por sus contradiciones y sus inconsistencias, opina el padre Rodolfo Cardenal de la UCA. Frente al descontento social, lo que le queda al pueblo es exigir hechos y no discursos y rechazar las acciones del Gobierno con la protesta pacífica, firme y masiva que, según el padre Cardenal, puede ser un arma poderosa de deslegitimación del Gobierno.  



Marcha 15 de septiembre | Radio YSUCA/ R. Padilla

La popularidad de Bukele comenzó a caer desde el anuncio de imponer el bitcóin como nueva moneda nacional. La protesta social se ha comenzado a ver en las calles ante la constante violación de derechos humanos, despidos injustificados, alto costo de la vida y la corrupción. Mientras el pueblo despierta, la popularidad de Bukele baja y el respaldo a su gobierno se desmorona. A Bukele se le ha tocado su punto débil: su popularidad, que ha comenzado a mermar, dice el padre Cardenal. A partir de ahí Bukele o cambia o colapsa. Ese es el punto débil del gobierno.