En Honduras no se han otorgado más concesiones mineras: Secretaría de Ambiente
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Redacción Radio Progreso, Honduras, de la Comisión Centroamericana de Medios la Compañía de Jesús, CCAM
Según el secretario de la Secretaría de Ambiente, Mi Ambiente, Lucky Medina, durante los primeros siete meses del Gobierno de Xiomara Castro, no se ha otorgado ninguna concesión minera en el país, situación que puede ser corroborada por las comunidades.
El funcionario señaló que las empresas mineras que siguen operando han sido supervisadas, y que estas han adoptado mejores prácticas para evitar contaminar el ambiente.
Sobre la cancelación de proyectos mineros que reclama la ciudadanía, Lucky Medina dijo que no hay procesos inmediatos para ello, porque hay concesiones que han sido otorgadas a un plazo de 40 años.
Al ser consultado si la Secretaria de Estado que él dirige, Mi Ambiente, ha recibido presiones por parte de las empresas extractivas para seguir operando en el país, Lucky Medina se alejó de los micrófonos de Radio Progreso asegurando encontrarse afectado de la garganta.
No atienden las demandas
Para el ambientalista Cristopher Castillo, representante de la Alternativa de Reinvindicación Comunitaria y Ambientalista de Honduras, ARCAH, el discurso de las actuales autoridades del ambiente es contrario al accionar que tienen en las comunidades que demandan la cancelación de proyectos extractivos.
Cristopher junto a otros pobladores del sur de Tegucigalpa, capital de Honduras, se han movilizado para exigir un alto a la contaminación contra el río Choluteca causada por la operación de la empresa avícola “El Cortijo”. Ellos han sido víctimas de agresiones, amenazas y un proceso de criminalización.
Castillo asegura que, han visitado las instalaciones de Mi Ambiente para que las autoridades ambientales pongan un alto a las descargas de desechos que la granja avícola continúa realizando sin ningún tipo de sanción. Sin embargo, la respuesta del actual Secretario del Ambiente, Lucky Medina, no ha sido coherente con el discurso de la Presidenta, y lejos de tener acercamientos reales con las comunidades, evita atenderles cada vez que la población protesta.