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Nacionales

Proyecto urbanístico en Nuevo Cuscatlán amenaza reserva natural y recarga de agua


Redacción YSUCA / 30 mayo 2022 / 3:30 pm

Foto cortesía Bálsamo Radio TV, @BalsamoRadioTv

Más de 200 hectáreas de bosque se verán afectadas por la construcción del proyecto urbanístico Kalamanda, en el municipio de Nuevo Cuscatlán, en el departamento de La Libertad. En agosto del 2021, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales entregó el permiso ambiental a la empresa Briko para la construcción del megaproyecto. 

La construcción intervendrá tres fincas de la localidad: La finca Santa Elena, Suiza y La Esmeralda.

Según Dalia González, del Foro del Agua, la construcción del proyecto amenaza la Cordillera del Bálsamo, una de las últimas reservas naturales y de recarga hídrica que le quedan a El Salvador.  

La Mesa Territorial del Foro del Agua de la Cordillera del Bálsamo presentó un aviso ante la Fiscalía General de la República, FGR, contra el expresidente de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados, ANDA, Frederick Benítez, por el posible cometimiento del delito de actos arbitrarios, por rebasar sus funciones al concesionar de manera inconstitucional casi 1.6 millones de litros de agua al día a favor de la Sociedad Briko para la construcción del proyecto urbanístico Kalamanda.



La fase uno del proyecto urbanístico Kalamanda consiste en la construcción de 60 viviendas unifamiliares y 39 apartamentos. Además, de otras fases que incluyen la construcción de áreas de comercio, usos mixtos y un sistema de calles que conectarían a la residencial con las principales carreteras de la zona.

María Paz, de las comunidades de Nuevo Cuscatlán, lamentó que el Gobierno garantice el agua para los megaproyectos que aún no son construidos, pero para las comunidades más empobrecidas no haya abastecimiento de agua potable.



“No estamos de acuerdo que se siga favoreciendo a las grandes empresas mientras que las comunidades cada día nos quedamos sin agua”, agregó María Paz.

Los habitantes no solo están preocupados por los recursos naturales y el agua, sino por la amenaza de desalojo que les ha hecho la empresa constructora.


Imagen cortesía


Según una de las habitantes, la empresa les ofrece vivienda en Rosario de Mora; sin embargo, no están de acuerdo por su seguridad y porque los terrenos no cuentan con los servicios básicos para una vivienda digna.



Eran alrededor de 50 familias las que habitaban donde se construirá el proyecto urbanístico Kalamanda. Algunas familias aceptaron irse para Rosario de Mora, quedando solo alrededor de 10 familias, quienes habitan en la finca Santa Elena desde hace más de 20 años, por lo que piden que se respete su derecho a una vivienda digna y que no se les prive de su hogar.