El peligroso barrio caraqueño de La Vega, controlado en su mayoría por bandas criminales, está conmocionado tras el operativo de “seguridad ciudadana” más sangriento registrado hasta la fecha en Venezuela. De momento son 23 los fallecidos como consecuencia del tiroteo generado entre las fuerzas del orden y bandas delictivas.
Las autoridades no han dado parte oficial sobre los sucesos. El diario Últimas Noticias, de línea oficialista, reportó también 23 fallecidos.
“La gente dormía en el piso y colocó barricadas en su casa, hechas con cemento, madera, como si estuviéramos en una guerra”, dice a RFI Oscar Perguna (el nombre fue cambiado por razones de seguridad) vecino de esta barriada y testigo de los enfrentamientos. “Fueron cuatro días de enfrentamientos. Se habla de tres o cuatro personas que [fallecieron] porque quedaron en medio de la línea de fuego”.
Este operativo contra pandillas criminales ha vuelto a generar controversia no solo por la cantidad de fallecidos sino también por la participación del escuadrón de elite FAES creado por Nicolás Maduro en 2016, una de las fuerzas armadas acusadas por la oposición política, Naciones Unidas y venezolanos de clase trabajadora de realizar ejecuciones extrajudiciales.
“El problema con las fuerzas de acciones especiales es que no están sometidas a ningún tipo de control democrático, no rinde cuentas de sus actuaciones que son seriamente cuestionadas”, dice a RFI la presidenta de Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional en Venezuela, Rocío San Miguel.
Las FAES han sido blanco de múltiples denuncias de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones a los derechos humanos.
Ante esos señalamientos, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió disolver ese cuerpo, que sin embargo ha recibido pleno respaldo del presidente socialista Nicolás Maduro.
“Son cuestionadas en primer lugar, por el número de muertos que generan en sus actuaciones, donde hay un patrón muy frecuente que es el de ejecuciones a muy corta distancia”, dice San Miguel. “Este grupo entra a las viviendas sin ninguna orden de allanamiento, disparando contra de sus víctimas, es decir, métodos de terrorismo de Estado para, de alguna manera, criminalizar la pobreza en Venezuela, pues la mayor parte de estas masacres en manos de las FAES, han ocurrido en sectores populares en diferentes partes del país”.
Sin ofrecer mayor información, el jefe de las FAES, Miguel Domínguez, divulgó en redes sociales videos tomados en La Vega en los que se observa a agentes encapuchados, con armas largas, recorriendo veredas con pobres construcciones de ladrillos desnudos y zinc, como las que proliferan en las favelas de las montañas que rodean Caracas.
Venezuela registró 12.000 fallecidos en hechos violentos en 2020 según la ONG Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), una tasa de 45,6 por cada 100.000 habitantes, siete veces mayor a la media mundial.
Más de un tercio de las muertes, de acuerdo con el OVV, se registraron a manos de policías y militares, hechos calificados por las autoridades como consecuencia de “resistencia a la autoridad”.
Con AFP