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Negligencia en Asilo Sara abrió las puertas al Covid-19


Redacción YSUCA / 20 junio 2020 / 2:49 pm

Asilo Sara Zaldívar | Foto cortesía

 “Las personas mayores no han estado abandonadas en ningún momento… Han recibido la atención oportuna e inmediata que corresponde”. Así lo dijo Nidia Cañas, coordinadora de Programas de Atención del Adulto Mayor del Ministerio de Salud, en una reciente conferencia de prensa.  Sin embargo, los hechos ocurridos al interior del Asilo Sara Zaldívar indican que sus palabras están lejos de la realidad que vive el “Asilo Sara”, tras la pandemia.

La doctora Cañas asegura que desde el 30 de enero se comenzaron a trabajar los protocolos de atención y mecanismos de prevención hacia el adulto mayor. Protocolos que han sido deficientes, según lo afirmó un empleado del asilo, que habló con Radio YSUCA y prefirió no ser identificado.

Desde que se supo de la emergencia por Covid -19 en el país, el centro de ancianos debió implementar todos los protocolos posibles para evitar que el virus afectara a la mayor parte de la población adulta mayor. Lejos de eso, no se estableció un cerco sanitario para los adultos mayores que circulaban por todo el centro. Tampoco se sacaron a tiempo a los ancianos que habían dado negativo a la prueba de coronavirus. Las acciones realizadas fueron contrarias a lo que expertos en salud habían recomendado. “¿Por qué el ISRI ordenó sacar a los adultos mayores positivos y los trasladó al centro de atención de ciegos? ¿Por qué los positivos y no los que aún no estaban contagiados para no ponerlos en riesgos de posibles nexos de contagio?”, cuestionó el empleado.

Los trabajadores desconocen los parámetros que tomaron las autoridades del centro para retener a los pacientes en el asilo y no referirlos a hospitales, una vez se confirmaban las pruebas positivas. No se explican por qué no se refirieron a los adultos mayores si el sistema de salud no estaba colapsado aún.

Los lineamientos técnicos indicaban que los adultos mayores sospechosos a Covid-19 debían aislarse durante 15 días una vez regresaban de una consulta fuera de las instalaciones del centro. Siendo el Asilo Sara un hogar sólo de cuido, los adultos mayores deben ser trasladados a centros médicos cuando sufren una descompensación en su salud. “Ahí empezó el desorden, porque los primeros tres casos positivos ya estaban aislados, y fueron trasladados por el MINSAL para recibir atención”, dijo la fuente quien conoce y vive lo que a diario ocurre en el Asilo Sara Zaldívar. Todo apunta a que los contagios también pudieron haber ocurrido cuando los adultos mayores fueron sacados del centro.

La fuente, al interior del centro, explicó que el primer caso se detectó el 20 de abril en un coordinador de enfermería por un nexo familiar y fue aislado por 15 días para evitar contagios, pero los casos positivos se fueron incrementando y se fueron aislando al interior del mismo centro, “literalmente nos convertimos en un centro Covid”. El área que había sido destinada para aislamiento solo tiene capacidad para 18 personas y no dio abasto. Se suponía que ahí estarían pacientes positivos, “pero ocurrieron momentos en la línea de tiempo donde se equivocaron y también metieron pacientes negativos, que ya estando en dicho aislamiento se percataron que no debían estar ahí”.

Hubo un mal manejo de la situación de parte de las autoridades del centro. “No había médico en la noche a quién llamar, no había directrices de referir si un paciente se desaturaba (perdía oxigeno), literalmente sin poder hacer absolutamente nada”. Las cosas mejoraron cuando llegó el apoyo del Ministerio de Salud y se logró referir a hospitales a muchos adultos mayores.  El apoyo llegó hasta el 5 de junio, tres meses después de estar requiriendo ayuda, cuando el centro se estaba quedando sin personal. Entre el 28 de abril y el 4 de junio fue el período de mayor crisis, sin apoyo del MINSAL. En esos días cuando el apoyo era necesario, 5 adultos mayores fallecieron.

Autoridades de salud ignoraron llamados para evitar contagios masivos en Asilo Sara Zaldívar

El 24 de mayo los empleados hicieron una serie de recomendaciones a la doctora Claudia Susana Barahona de Melara, directora del centro. El objetivo era colaborar y ofrecer acciones que pudieran disminuir los contagios al interior del asilo. Para esa fecha la página web del Gobierno reportaba 36 fallecidos por Covid y 2,042 contagios. La curva de casos iba en aumento y siendo los adultos mayores un sector vulnerable a adquirir el Covid-19, los empleados creyeron que aportar a la creación de un plan podría evitar un contagio masivo.

Algunas acciones iban dirigidas a no rotar al personal médico en áreas distintas y que quienes pertenecían al área de aislados no ingresaran al área sin el Equipo de Protección Personal (EPP). También recomendaron mantener a los adultos mayores aislados en sus áreas, establecer un cerco sanitario, cerrar el cafetín y llevar los alimentos directamente a los adultos mayores. Pero las autoridades del centro no atendieron el llamado de los empleados de manera inmediata. El cafetín permaneció abierto hasta finales de mayo. No se suspendió la práctica de llevar a los adultos mayores al área del comedor y áreas hacinadas.

Pasillos de Asilo Sara Zaldívar | Foto cortesía

Hasta el 18 de junio, la cifra de fallecidos por Covid-19 en el Asilo Sara Zaldívar era de 17 adultos mayores, luego que el sábado 13 de junio a las 5:00 de la tarde falleciera una paciente del área de señoras. Ese mismo día una empleada fue enviada al Seguro Social. “Se hiperventiló y la ambulancia del ISSS la trasladó al seguro de Ilopango”, confirmó el empleado. El lunes 15 de junio murió otro paciente. Los casos positivos de Covid-19 habían subido a 233, de éstos 183 corresponden a adultos mayores y 50 a empleados del centro. Pero los contagios podrían ser más, así lo dejó entrever la presidenta del Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI), Ligia Gallardo, en la conferencia de prensa del 13 de junio cuando afirmó: “podríamos todos estar contagiados y ser asintomáticos”. 

La cifra de los 17 fallecidos es un registro propio de los empleados ante el hermetismo con el que las autoridades del centro manejan los datos. “Nosotros los hemos visto fallecer”, asegura la fuente, además sabían que los fallecidos eran portadores del virus, por ello está seguro que las cifras son reales. Sin embargo, desconoce bajo qué diagnósticos las autoridades del centro han registrado las muertes de los adultos mayores.

En la conferencia de prensa del 13 de junio, la presidenta del ISRI no dio datos sobre los adultos mayores fallecidos, pero afirmó que todos los datos de los tamizajes que se han hecho en el centro se han compartido al Sistema de Emergencia 132 del Ministerio de Salud y “ellos tiene toda la información sobre los resultados nuestros”, confirmó.

Gallardo también informó en la misma conferencia que a los ancianos se les suministró “Ivermectina” como profiláctico ante el coronavirus. “No sabíamos que los adultos mayores son parte de un ensayo clínico, ya que no hay evidencia de que la dosis de Ivermectina aprobada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) sea eficaz para combatir el virus”, dijo la fuente del Asilo Sara.

La Ivermectina es un antiparasitario que según algunos investigadores australianos podría matar el coronavirus en 48 horas en pruebas “in vitro”. Sin embargo, las pruebas se han hecho en cultivos celulares y aún no se comprueba si es eficaz en humanos. La Ivermectina no atraviesa la barrera hematoencefálica (red de vasos sanguíneos que protege al cerebro y permite que el agua, el oxígeno, el dióxido de carbono y los anestésicos generales, pasen al cerebro), al no atravesar dicha barrera el fármaco tiene más toxicidad en el Sistema Nervioso Central produciendo cefalea e incluso el coma, explicó un médico consultado por Radio YSUCA, quien también habló bajo la condición del anonimato. Entre otros efectos adversos, están las convulsiones, respuestas inflamatorias o alérgicas como prurito, fiebre y mareos.

“Al recetar el medicamento es necesario realizar exámenes como transaminasas, bilirrubina directa e indirecta, entre otros, ya que en adultos mayores debido a enfermedades crónicas éstos pueden estar alterados, por lo que es recomendable adaptar la dosis a cada individuo”, explicó el médico. Al profesional le surgen algunas preguntas luego que la presidenta del ISRI confirmara que se les dio Ivermectina a los adultos mayores: ¿Qué dosis se utilizó cómo profilaxis en los adultos mayores del centro Sara Zaldívar? ¿Se tomaron los exámenes de laboratorio correspondientes, individualizando a cada paciente? ¿Cuál fue la evidencia científica en la que se basaron para iniciar la profilaxis?”, estas preguntas surgen porque según el profesional de la salud el contagio masivo evidenció que el fármaco tuvo un fracaso rotundo.

Por otra parte, la presidenta del ISRI confirmó que a los empleados les suministraron Hidroxicloroquina, un fármaco al que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siga el inglés) retiró su aprobación como posible remedio contra el coronavirus, ya que no se comprobó su efectividad. El 16 de junio en su página web la FDA informó que revocó la autorización de uso de Cloroquina y la Hidroxicloroquina, porque probablemente no sean efectivas en el tratamiento de Covid-19, pero además por los efectos secundarios graves que genera, como problemas cardíacos.

Al no ser tomadas en cuenta las propuestas de los trabajadores por las autoridades del asilo, decidieron enviar una carta al ministro de Salud Francisco Alabi con fecha 28 de mayo. Como no pudieron entregarla personalmente optaron por publicarla en Twitter. En la carta culpan a la doctora Claudia Susana Barahona de Melara, directora del Centro Asistencial y a la jefa de enfermería, la doctora Alba Lisseth Benítez de los deficientes planes para salvaguardar la vida del personal médico, enfermería, ayudantes de servicio y pacientes de dicho centro.

Carta enviada al ministro de Salud por los empleados del Asilo

“Han manejado de manera inadecuada, fuera de los protocolos del MINSAL los casos sospechosos, conllevando al aumento de casos confirmados dentro del centro”, cita un fragmento de la carta.

“Realmente aquí la responsabilidad del mal manejo es de la titular dra. Ligia Gallardo y las jefaturas del Asilo Sara”, dijo el empleado, quien además aseguró que la directora del centro y la jefa de enfermeras en un inicio negociaron las medidas de prevención que se implementarían en el centro con uno de los voceros del Sindicato del ISRI (SITRAISRI). Pero el sindicato no apoyó las sugerencias de los trabajadores, es más fue idea de ellos que todos realizaran turnos de 24 horas.

La idea de los turnos surgió porque había poco personal, luego que muchos se fueran a su domicilio por medio del decreto No. 6 del Órgano Ejecutivo en el ramo de salud, de fecha 16 de marzo de 2020, que ordenó a los trabajadores el retorno a su domicilio garantizando su remuneración. Los casos a los que se refería el decreto incluían a los trabajadores mayores de 60 años, mujeres en período de gestación y personas con enfermedades crónicas. Sin embargo, la autorización no aplica a las personas con cargos de dirección y jefatura de los distintos niveles y dependencias del Ministerio de Salud. Tampoco al personal que desempeña servicios de asistencia de salud, ya que son necesarios para superar la emergencia. Asimismo el decreto faculta a los jefes de unidades para llamar a los empleados de su dependencia que consideraran necesarios para atender emergencias. Amparados en el decreto, los empleados sugirieron llamar a otros trabajadores para obtener ayuda. Pero el sindicato se opuso, originando con ello mayor sobrecarga laboral. 

El SITRAISRI ha ejercido gran influencia en las decisiones que se han tomado en el Asilo Sara Zaldívar, también ellos decidieron cuál sería el área de aislamiento al interior del centro. Decidieron un área que no cumplía con las condiciones de seguridad por tener una sola vía de acceso. Según el empleado, el sindicato tiene “demasiado poder, las autoridades parecen tener miedo y acceden a todo”.

El 9 de junio Radio YSUCA se comunicó con la directora del Asilo Sara, Claudia de Melara para obtener su versión sobre la situación que enfrenta el centro de adultos mayores y conocer los protocolos que se habían tomado para evitar los contagios. La respuesta de la directora fue que “toda la información la está manejando el señor ministro de Salud. Todos los días él brinda conferencias de prensa donde usted puede escuchar la información”, decía el mensaje enviado vía WhatsApp.

La situación cada día es más preocupante para los empleados. “Nos estamos quedando sin EPP3 (Equipo de Protección Personal), tengo miedo por el mal manejo y que en un descuido podamos adquirir el virus y contagiar a nuestra familia”, expresó la fuente, quien a la vez señaló que anteriormente los trajes se los proporcionaba directamente el Ministerio de Salud, pero les han comunicado que hay un desabastecimiento de ese equipo. Ahora el ISRI “nos está dando trajes parecidos, pero son para apicultores, no para Covid-19”. Según el empleado por lo menos debe haber un traje para cada área de atención, pero ante la escasez harían una sola ronda con el mismo traje, lo desinfectarían y lo usarían para entrar a otra sala.

La presidenta del ISRI asegura que hubo campañas de inmunización masiva para todo el personal y todos los adultos mayores. 10 jornadas de sanitización y tamizajes periódicos desde la primera semana de abril.

El empleado del asilo no cuestiona las campañas de inmunización y confirmó que sí se realizaron, pero “eso no quiere decir que con esas campañas los adultos mayores iban a estar blindados contra el coronavirus, porque el coronavirus se previene con medidas de distanciamiento y ahí hay hacinamiento”, aseveró.

La presidenta del ISRI aseguró que los empleados recibieron capacitaciones técnicas, pero en realidad fueron charlas, no capacitaciones, dijo el trabajador que además lamentó que no haya habido desde un inicio lineamientos sobre el uso de trajes de protección personal nivel 2 y 3 sabiendo que iban cambiando de fase.

El empleado del centro de atención a ancianos pide que las autoridades de la institución reconozcan que hubo negligencia y omisión de deberes a la hora de implementar todas las medidas de prevención. Confirmó que hasta que el caso se hizo público y ante una posible interpelación, las autoridades del centro pensaron en trasladar a los pacientes que en teoría están “negativos” a la sala donde inició el aislamiento de casos como una estrategia que deje ver como si en realidad tomaron medidas adecuadas.  Sin embargo, esa área por el momento está contaminada y aunque se puede desinfectar no hay personal para dar asistencia.

Una reestructuración dentro del Asilo Sara es necesaria, “me refiero a cambio de dirección y de jefatura de enfermería y por supuesto que la titular lo menos que puede hacer es deponer su cargo por los daños colectivos en los adultos mayores”, concluyó la fuente, testigo de lo que a diario se vive y respira en el centro de adultos mayores. Una realidad sobre la que las autoridades de salud prefieren callar.

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