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La protesta contra la reforma de las pensiones apuesta por nuevas formas de acción directa


Redacción YSUCA / 17 enero 2020 / 12:09 pm

Radio Francia Internacional

Un grupo de abogados tiraron sus togas en Caen el 8 de enero de 2020 en pleno discurso de la ministra de Justicia, Nicole Belloubet. AFP

A una semana de que el consejo de ministros analice el proyecto de ley para reformar las pensiones, los sindicatos aún movilizados buscan otras formas de protesta como ataques a ministerios o acciones ante ministros. El objetivo es reactivar un movimiento que cumple ya 44 días. La huelga en los transportes públicos parisinos comienza a desinflarse y la afluencia de manifestantes en las marchas disminuye significativamente. Este jueves hubo 187.000 personas en las calles, según el gobierno, frente a las 452.000 del 9 de enero. Mientras, el presidente Emmanuel Macron se mantiene firme y no retira la reforma.

Es prematuro todavía hablar de ganadores o perdedores en esta lucha social entre el gobierno de Macron y los sindicatos. Estamos ante el movimiento de huelga más largo de la historia de Francia desde la Segunda Guerra Mundial, con una mayoría de franceses en contra de la reforma (el 56% según el último sondeo de la empresa Elabe) y con manifestaciones en todo el país. Pero tal vez todo eso no sea suficiente. El tiempo pasa, el gobierno no mueve ficha y algunos huelguistas empiezan a retomar el trabajo después de más de un mes sin sueldo.  

Ante tal panorama, un gobierno que sigue su camino y un movimiento de protesta reducido pero determinado, se están desarrollando otro tipo de acciones. Más directas, espectaculares y más simbólicas.

Este jueves, coincidiendo con la sexta jornada de manifestación interprofesional, un grupo de activistas de la organización Attac y ferroviarios en huelga lanzaron 300 pantuflas a una de las entradas del Ministerio de Economía y Finanzas francés para denunciar el ‘pantouflage’ de los miembros del actual gobierno. Esto es que un alto funcionario haga idas y venidas entre el sector público y el sector privado, a menudo el de las finanzas y saque partido de su agenda para beneficiarse él y las empresas privadas.  

En los últimos días se han multiplicado este tipo de acciones. Por ejemplo, el 8 de enero, un grupo de abogados lanzaron sus togas al suelo ante la ministra de Justicia Nicole Belloubet que estaba pronunciando un discurso en Caen, norte de Francia, para felicitar el año 2020. Ese mismo día en Le Havre, noroeste, los bomberos inundaron de espuma el ayuntamiento. El 24 de diciembre, bailarinas de la Opera de París ofrecieron una representación gratis en plena calle del Lago de los cisnes. También se ha puesto de moda últimamente desfilar por la noche con antorchas. La última marcha nocturna tuvo lugar en Burdeos el miércoles pasado.

La operación ‘puertos muertos’ con el que se mantienen bloqueados los siete principales puertos franceses está provocando que comiencen a faltar algunos productos, como leche o queso, en territorios de ultramar como la isla de Martinica, en el Caribe.

Emmanuel Macron y su primer ministro, Edouard Philippe, aguantan y esperan a que el movimiento se acabe de desinflar abonando a la par una guerra de comunicación. Hay sin embargo un sector irreductible entre los opositores a la reforma. Convencidos de que en esta batalla se juega un modelo de sociedad y el futuro de sus hijos y nietos. Cabe recordar que la mayoría de los manifestantes que se ven en las marchas no se verán concernidos por esta reforma que se empezará a aplicar a la gente nacida después del año 1975.

La semana que viene será clave. La intersindical (CGT, FO, Solidaire, FSU, CFE-CGC  y tres organizaciones estudiantiles) han llamado a tres jornadas de marchas el 22, 23 y 24 de enero, día en el que Macron presente el proyecto en el Consejo de ministros. Por su lado, la CFDT, CFTC y Unsa se han sentado a negociar con el gobierno.

La reforma del sistema de pensiones prevé crear un sistema universal de jubilación que se llevaría por delante los 43 regímenes especiales por los que según que trabajadores, como los ferroviarios, pueden jubilarse antes. También incluye que se calcule el monto de la pensión por puntos. Un aspecto muy inquietante para los sindicatos que denuncian que no se ha aclarado cómo se calculará ese punto y temen que las pensiones disminuyan drásticamente.