Es urgente que a América Latina le surja la paz con justicia social, dicen participantes del Coloquio conmemorativo de los 30 años del asesinato de Ignacio Ellacuría
Foto UCA
La Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, UCA, en San Salvador, será sede por tres días del Coloquio Internacional Conmemorativo de los 30 años del asesinato de Ignacio Ellacuría.
El padre rector de la UCA, Andreu Oliva, dijo que el legado de Ellacuría no puede entenderse sin la vigencia de su pensamiento teológico y filosófico, pues Ellacuría creía en una paz con justicia social.
Además, como creyente, veía en los pobres del continente el rostro del Cristo Crucificado por la opresión de las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales.
Durante la inauguración de este evento José Arregi, representante de la familia Ellacuría, leyó un saludo de parte de la familia del mártir, aquí se resaltó que la voz de Ellacuría, luego de 30 años de su asesinato, no está apagada.
Arregi dijo que lo que se descubre con la publicación de sus escritos y los estudios sobre su figura es que Ellacuría tuvo excelentes maestros: Rahner en teología, Zubiri en filosofía, monseñor Romero en espiritualidad y compromiso liberador, de quienes aprendió a pensar y actuar.
Pero su discipulado no fue escolar, sino enormemente creativo, ya que, inspirándose en sus maestros, desarrolló un pensamiento propio y él mismo se convirtió en maestro, si por tal entendemos no solo el que da lecciones.
Ignacio Ellacuría, filósofo y teólogo, fue rector de la universidad de los jesuitas en San Salvador desde 1979 hasta el momento de su muerte, estaba empeñado en buscar una solución negociada a la guerra civil, su compromiso y defensa de los débiles le hizo ser demasiado incómodo para el régimen militar que gobernaba El Salvador.
El resto de jesuitas asesinados son también modelo de compromiso en ámbitos como la defensa de los derechos humanos, la atención a los refugiados, el acompañamiento de comunidades, o la educación entre los pobres.
